17 de marzo de 2009

De dedos y algo más

A veces me acuerdo de la primera vez que introdujo uno de sus dedos en mi ano; me sobresalté y sorprendí.

¡Pero, que esta haciendo!, eso no es cosa de hombres… bueno si, pero no de machos ibéricos. Con el tiempo aprendí que estaba muy equivocado. Igual que con muchos otros referentes de la sexualidad.

Cuando consiguió que yo venciera mis estúpidos prejuicios sexuales continuó realizando ese juego, cada vez más a menudo, y cada vez fue gustándome más , y así en cada prospección que realizaba uno de sus dedos, mi próstata juguetona saltaba de alegría ante las carias que recibía .

Pero hete aquí que cada vez nuestro progreso sexual fue aumentado hasta un momento en el cual el BDSM entró en nuestra vida, y por supuesto los juegos anales también fueron parte de ese elenco, pero este juego de tiernos e inocentes dedos se convirtió en algo más…que ya no era tan inocente.



Estos comenzaron a jugar y a profanar mi tierno e inocente esfínter. No sabía bien mi ano la que se le venia encima, independientemente de que sería desvirgado con los objetos más variopintos de diferente formas y tamaños, sus dedos y mano se convirtieron en una herramienta de tortura y placer al tiempo.

Cuando el primer dedo accede, primeramente gira y roza buscando el grado de resistencia que mi esfínter le ofrece, de pronto un segundo dedo le acompaña mientras que un tercero acude presto a dilatar un poco más.

Este trío comienza a expandir el ano, de pronto y sin aviso introduce los dos dedos restantes, y con el inicio de esa penetración todo cambia, yo no es tranquilo y placido, todo se transforma en una inserción que desea provocar y doblegar ese esfínter, comienza una rápida pulsación, como si de un corazón en pleno actividad se tratase, y unos embates duros y secos comienzan a vencer la resistencia anal.

Ahora ya no es mi ano, es el suyo, ella hace lo que quiere con él, lo acosa, lo tortura, lo martiriza, lo calma y acuna, le muestra cuan débil es ante su poder y así… casi por completo su mano es insertada…pero sin llegar a introducirla totalmente, porque…. eso será en otro momento…

Finalmente ambos quedan exhaustos y doloridos… y la verdad que no se cual de ellos más, si mi ano o su mano.

1 comentario:

Unknown dijo...

papillon. como te comprendo....y te acompaño en esta veta de escubrimentos...ete era uno de mis limites, y miSeñor con paciencia, y morbo ha ido vemciendo miedos y temores...y heencontrado gusto en dejarme "empalar"....y sentirme usada e invadida...es una sensasion dolorosa..pero delicisamente esclava

un beso desde Gor

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