25 de marzo de 2009

Palabra de seguridad

A quien no le ha surgido la duda en una sesión o en algún tipo de juego BDSM, de si aquello que estamos realizando es del gusto de nuestra pareja o no, si nos hemos pasado un poco, si hemos ejercido demasiada fuerza, etc.; y es ahí donde entra en juego la palabra de seguridad. La palabra de seguridad, al menos para nosotros, es muy importante; mucha gente no la utiliza y puede ser un error.

Los argumentos para no utilizarla son muchos, que se tiene confianza, que cada uno esta seguro de cuales son sus límites, que de otra forma no es BDSM … en fin podremos dar múltiples justificaciones para no usarla, pero según mi prisma, el usarla conlleva una serie de ventajas que de otra forma sería imposible obtener.
A mi me da seguridad, la seguridad de que si algo no va bien todo se detendrá en ese momento, y de paso no sentirme culpable por parar. A ELLA le da la seguridad de que en ningún momento me está haciendo “DAÑO” y por tanto puede disfrutar libremente de mis súplicas, ruegos, llantos, gimoteos o quebrantos que salgan por mi boca sin hacerles el más mínimo caso.

Sin ella todo sería más difícil para ambos, puesto que ninguno sabría cual es el límite, hasta donde puedes llegar, porque estamos hablando de sesiones en la cuales se realizan una serie de prácticas "dolorosas". La libertad que da dicha palabra es tremenda, puesto que mientras no la escuches, significa que todo va bien y por buen camino

Cada pareja busca su palabra de seguridad, otros se guían por un código de colores, verde-> libre naranja-> precaución rojo-> peligro, y todas ellas son perfectamente válidas siempre y cuando queda claro cual es su significado.

La nuestra es un poco chocante en principio, me estas haciendo daño, supongo que sonará para algunos raro, ¿practicante de Sado dicen...me estas haciendo daño?. Pero nos pareció muy apropiada, que mejor palabra que esa, cuando del "DOLOR" traspasa cierto umbral deja de ser gratificante par ambos y en ese momento es mejor parar. La verdad sea dicha, es que en todo este tiempo nunca la hemos usado, supongo que eso es buena señal.

Pero... (como me gustan los peros), ultimamente hemos tenido que crear una segunda palabra de seguridad. !!!Una segunda!!!.... Si, una segunda. Debido a mis problemas con las rodillas, existen ciertas cosas que bien son imposibles de realizar o que el daño que se puede provocar a esa articulación puede ser grave, para ello hemos creado una segunda palabra de seguridad, rodilla, a que somos simples...

Si desea que me arrodille ante ella, y no puedo por esa cuestión, el niño dice RODILLA y ya está, inmediatamente se pasa a otra forma de juego, eso permite no romper ni el ambiente, ni la situación; puesto que ambos sabemos que no es que yo no quiera hacerlo, si no que una cuestión física lo impide. Y cuando este recuperado esa palabra de seguridad desaparecerá, pero la primera existirá en todo momento.

Y crearemos tantas palabras de seguridad como sean necesarias y las ocasiones lo precisen para poder disfrutar plenamente y con total tranquilidad de nuestra sexualidad.

17 de marzo de 2009

De dedos y algo más

A veces me acuerdo de la primera vez que introdujo uno de sus dedos en mi ano; me sobresalté y sorprendí.

¡Pero, que esta haciendo!, eso no es cosa de hombres… bueno si, pero no de machos ibéricos. Con el tiempo aprendí que estaba muy equivocado. Igual que con muchos otros referentes de la sexualidad.

Cuando consiguió que yo venciera mis estúpidos prejuicios sexuales continuó realizando ese juego, cada vez más a menudo, y cada vez fue gustándome más , y así en cada prospección que realizaba uno de sus dedos, mi próstata juguetona saltaba de alegría ante las carias que recibía .

Pero hete aquí que cada vez nuestro progreso sexual fue aumentado hasta un momento en el cual el BDSM entró en nuestra vida, y por supuesto los juegos anales también fueron parte de ese elenco, pero este juego de tiernos e inocentes dedos se convirtió en algo más…que ya no era tan inocente.



Estos comenzaron a jugar y a profanar mi tierno e inocente esfínter. No sabía bien mi ano la que se le venia encima, independientemente de que sería desvirgado con los objetos más variopintos de diferente formas y tamaños, sus dedos y mano se convirtieron en una herramienta de tortura y placer al tiempo.

Cuando el primer dedo accede, primeramente gira y roza buscando el grado de resistencia que mi esfínter le ofrece, de pronto un segundo dedo le acompaña mientras que un tercero acude presto a dilatar un poco más.

Este trío comienza a expandir el ano, de pronto y sin aviso introduce los dos dedos restantes, y con el inicio de esa penetración todo cambia, yo no es tranquilo y placido, todo se transforma en una inserción que desea provocar y doblegar ese esfínter, comienza una rápida pulsación, como si de un corazón en pleno actividad se tratase, y unos embates duros y secos comienzan a vencer la resistencia anal.

Ahora ya no es mi ano, es el suyo, ella hace lo que quiere con él, lo acosa, lo tortura, lo martiriza, lo calma y acuna, le muestra cuan débil es ante su poder y así… casi por completo su mano es insertada…pero sin llegar a introducirla totalmente, porque…. eso será en otro momento…

Finalmente ambos quedan exhaustos y doloridos… y la verdad que no se cual de ellos más, si mi ano o su mano.

16 de marzo de 2009

Castigado de nuevo

Me ha castigado… y con razón.

Hace unos días y no se porque todavía (supongo que la ansiedad unida a los problemas existentes fue la causa), rompí por primera vez desde hace dos años el control de los orgasmos que ELLA tenía sobre mí.

Es imperdonable, lo sé, y eso no me dignifica como sumiso suyo, si no todo lo contrarió, he traicionado su confianza y seguridad que tenía depositada en mí.



Ahora tan solo me queda sufrir los justos castigos que me esta imponiendo, e intentar volver a conseguir su confianza, lo cual me va a exigir un esfuerzo suplementario por mi parte, y sobre todo… intentar obtener su perdón.

Lo siento.

11 de marzo de 2009

Marcando Territorio

Una forma distinta de marcar a un sumiso es marcándolo de la misma forma en la que los animales marcan un territorio, muchos miran esta práctica con reprobación y otros con envidia, no existe término medio, o gusta o es rechazada por completo.
Aquí lo llamamos "lluvia dorada", los ingleses "deportes de agua" y el resto urolagnia y urofagia . Esta práctica es una parte más del juego de la dominación y sumisión.

La primera vez que ELLA lo hizo (supongo que como todos) fue en la bañera, me sentí raro, no me molestó en absoluto, simplemente me sorprendió. Con posterioridad fue realizándolo más a menudo, me ordenaba tumbarme en la bañera mientras ella me marcaba de pies a cabeza, eso sí, haciendo especial hincapié en mis genitales, me decía que era una forma de que jamás olvidase a quien pertenecía.


¿Por que lo hacía y lo hace? Supongo porque se siente bien haciéndolo, le gusta marcar su propiedad como es natural, sin necesidad que dar explicación alguna, y menos a su sumiso.

Inmediatamente nos surgieron las mismas dudas que a todo el mundo ¿Esta bien?¿ Es higiénico?. Pues la verdad es que se trata de un elemento casi en su totalidad formado por agua y prácticamente estéril cuando deja nuestro cuerpo, y, salvo aquellos que consumen drogas alcohol en cantidad, no contiene ninguna toxina. De hecho, se ha utilizado como desinfectante para las heridas en tiempos de guerra y es más limpia que ese pozo de bacterias que crecen en nuestras bocas.

Una vez aceptado se ha convertido en una manera natural y agradable de compartir otra faceta más de nuestra sexualidad. Cuando marca mi sexo y mi cuerpo, reafirma su poder y dominio sobre mi y puede ser un preludio intenso para otras actividades del Juego de Dominación/sumisión.

Independientemente, es algo íntimo, es una práctica que exige una profunda confianza, una íntima complicidad, en la cual llega a ser un auténtico honor el sentir como su cuño recorre mi ser, sin dejar de esta forma el más mínimo resquicio de a quien pertenezco.

Ahora controla todo, no solo como y donde ella puede realizar esa actividad, siendo yo un mero instrumento para su placer si así lo desea llegado el momento ; si no que decide si yo puede realizarlo, controlando cuando puedo ir baño y cuando no, sin importarle el estado en el cual este, obteniendo de esta forma un control genital a todos los niveles sobre su sumiso.

Y se, que muy de tarde en tarde, como debe ser. En premio a alguna acción, o comportamiento excepcional, me estará esperando una copa dorada, puesto que ese es el máximo honor que me puede ofrecer, tomar una parte de ELLA.

5 de marzo de 2009

Un Cuadro distinto

De vez en cuando, hasta las agujas consiguen cierta plasticidad.



Un lienzo y unos pinceles de lo más original.
¿No crees?

3 de marzo de 2009

De sentir

Una de las cosas que más le gusta es ser sentida aunque no este presente.
Le encanta saber que en todo momento la llevo presente de una forma o de otra.

El otro día cuando bajo al gimnasio como todas tardes, decidió que la notase un poco más.
En este caso la ocurrencia de mi AMA fue usar una mordaza en los testículos, de forma que estos quedaran aislados y constreñidos.

Y sí; la verdad es que no pude olvidarla ni un momento, sobre todo porque tenía que realizar las tareas de la casa, poner una lavadora, tender otra… y la verdad… entre que ya es de por sí bastante difícil moverse con ese artilugio, no es menos importante que cada vez los testículos van poniéndose más y más sensibles, de forma que el más leve roce comienza a ser… digamos… molestillo.



Cuando ella regresó hice amago de solicitar la retirada del artefacto, craso error, ya que lo único que conseguí fue que apretara aún más las mariposas del mismo, aumentando todavía un poco el pequeño suplicio al que me tenía sometido. Solución, callarse,(que creo que de esa forma estoy más guapo), aguantar y esperar a que ella decidiese cuando terminar el tormento.

Pero lo que si es cierto, es su forma de hacerme sentir que esta siempre presente, no importa que use un dildo, dilatadores, esposas… o toda su parafernalia de objetos de lista interminable; su mayor éxito es el que consigue con una mirada cuando marcha, logra que esta quede indeleble en mi corazón, deseando y ansiando su vuelta para poder hundirme es su profunda, tierna y maravillosa mirada.

Me gusta sentir como sus ojos verdes se clavan en mí, y en mí permanecen hasta su vuelta.
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