Los argumentos para no utilizarla son muchos, que se tiene confianza, que cada uno esta seguro de cuales son sus límites, que de otra forma no es BDSM … en fin podremos dar múltiples justificaciones para no usarla, pero según mi prisma, el usarla conlleva una serie de ventajas que de otra forma sería imposible obtener.

Sin ella todo sería más difícil para ambos, puesto que ninguno sabría cual es el límite, hasta donde puedes llegar, porque estamos hablando de sesiones en la cuales se realizan una serie de prácticas "dolorosas". La libertad que da dicha palabra es tremenda, puesto que mientras no la escuches, significa que todo va bien y por buen camino
Cada pareja busca su palabra de seguridad, otros se guían por un código de colores, verde-> libre naranja-> precaución rojo-> peligro, y todas ellas son perfectamente válidas siempre y cuando queda claro cual es su significado.
La nuestra es un poco chocante en principio, me estas haciendo daño, supongo que sonará para algunos raro, ¿practicante de Sado dicen...me estas haciendo daño?. Pero nos pareció muy apropiada, que mejor palabra que esa, cuando del "DOLOR" traspasa cierto umbral deja de ser gratificante par ambos y en ese momento es mejor parar. La verdad sea dicha, es que en todo este tiempo nunca la hemos usado, supongo que eso es buena señal.
Pero... (como me gustan los peros), ultimamente hemos tenido que crear una segunda palabra de seguridad. !!!Una segunda!!!.... Si, una segunda. Debido a mis problemas con las rodillas, existen ciertas cosas que bien son imposibles de realizar o que el daño que se puede provocar a esa articulación puede ser grave, para ello hemos creado una segunda palabra de seguridad, rodilla, a que somos simples...
Si desea que me arrodille ante ella, y no puedo por esa cuestión, el niño dice RODILLA y ya está, inmediatamente se pasa a otra forma de juego, eso permite no romper ni el ambiente, ni la situación; puesto que ambos sabemos que no es que yo no quiera hacerlo, si no que una cuestión física lo impide. Y cuando este recuperado esa palabra de seguridad desaparecerá, pero la primera existirá en todo momento.
Y crearemos tantas palabras de seguridad como sean necesarias y las ocasiones lo precisen para poder disfrutar plenamente y con total tranquilidad de nuestra sexualidad.