2 de julio de 2008

Pensamientos sueltos sobre el Arte de la Dominación

Me ha surgido la duda de si un dominante debe tener un gesto adusto, serio, frió y distante o si por el contrario debe ser al tiempo sensible y condescendiente. Al final, ni lo uno ni lo otro, el dominante perfecto debe ser una combinación de ambos.

Aunque siempre cabe la respuesta de algunos que postulan:

“Si eres sumiso, ¿Qué pides? Ajo y agua”.

Pero si bien para un sumiso la única dicha es el servicio de su Señora, su placer y bienestar, creo que no es menos importante para ella que su sumiso este en todo momento cómodo y feliz con su situación. Muchas veces es más persuasivo un gesto o una mirada que una palabra brusca.

Existen muchos DOM que tan solo entienden las formas broncas y agrestes, no optando o no sabiendo cambiar su timbre y actitud dependiendo de la ocasión; en cambio quien sabe hacerlo según el momento y la ocasión se convertirá en el verdadero y autentico dueña de su ser y de su espíritu.

Muchos Dom piensan que el sumiso o sumisa solo es un mero instrumento para alcanzar su placer en la dominación, el sum es algo circunstancial, cuando es mucho más, si no existe una simbiosis perfecta entre los dos Dom y Sum todo quedará reducido a una mera y pésima relación de carácter sexual.

Mi DUEÑA tiene el rostro serio, el porte y la elegancia de dominación, pero sus gestos, sus palabras y movimientos están envueltos por un halo de sensibilidad que acarician al tiempo que someten; tranquila, sosegada, relajada, sonríe y mira, no hacen falta palabras, inmediatamente se lo que quiere y corro presto a satisfacer sus deseos. Sus palabras te rodean, mecen tus sentidos, te doblegan y someten sin consideración, son como los cantos de sirena que escucharon Ulises y sus hombres

Cuando me miras despacio...
...haces que se pare el tiempo
solo cerrando los ojos...


Ningún Dom consigue el “Cum Luade” hasta que no es capaz de que su sumiso llegue a comprender y ejecutar sus más mínimos gestos, cuando es capaz de hacerse entender sin voces, gritos o aspavientos, a entender sus gestos, sus gemidos, sus necesidades. Pero también es cierto que estos son necesarios a menudo, porque nos dan la estética de esa teatralidad y puesta en escena tan bella a veces. Es como después de una buena sesión de azotes, en los cuales se ha empleado a fondo tanto verbal como físicamente, y tu has lanzando quejidos lastimeros al viento y de pronto notas esa mano acariciando suavemente las marcas que ha dejado en tu cuerpo, una caricia que te llena por completo.

El BDSM es complejo y lleno de matices y colores según la ocasión, eso lo hace tan rico, variable, emocionante y creativo, y al tiempo para El verdadero DOM difícil y complicado, convirtiéndose en un reto constante a su intelecto. No me gustaría estar en su piel.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que estás mejorando. Si sigues así serás el mejor. TQM. LADY ROSA

Anónimo dijo...

Genial cómo lo describes. Asi es. Dama_Dona

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