A veces aquellas personas que ejercen la dominación pueden llegar a sentir temores, dudas o llamémoslos aprensiones, por si están respondiendo a las expectativas que ha generado sobre su sumiso. Pueden llegar a dudar de si serán capaces de dejar satisfechos a sus sumisos o sumisas; y ese temor ( por otra parte infundado) puede llegar a ser el germen de temores todavía mayores, que incluso finalmente puedan llegar a dar al traste con la finalización de ese relacion.
En el BDSM lo más importante es el diálogo, cuanto más se hablen de temores, de ideas, de deseos, mejor marchará todo. Y si aceptamos como hecho incuestionable que ambas partes desean disfrutar de ese vínculo, lo mejor es simplemente relajarse, dejarse llevar y disfrutar, por que como sumiso aceptas ser dominado y lo aceptas incondicionalmente, te entregas por completo. La parte dominante se tiene que sosegarse y pensar tranquilamente que tiene el control porque ambos así lo han querido y deseado (estamos hablando de una relación sana, segura y consensuada).
Si un dominante está cómodo en su papel, la parte sumisa no cabe duda alguna que disfrutará mucho más porque se sentirá respetada y comprendida.
Un sumiso disfrutará, vivirá y gozará aquello que su Dueño o AMA le de. Cada acto, cada movimiento, cada orden o cada frase forman parte de un perfecto juego coreografiado por los dos, en los que no cave nada más que permitir que los sentidos se liberen de toda cortapisa moral, social o arcaicos tabúes que puedan impedir la perfecta compenetración.
Por tanto si estas insegura, tu sumiso estará inseguro; si estas segura, tu sumiso estará seguro. Si tú disfrutas, tu sumiso disfrutará. Se trata de una simbiosis perfecta, en la que cada uno tiene su parcela, su momento y su papel estelar en esa maravillosa obra de teatro que es el juego de la dominación.
Cierto es, y ya lo he dicho alguna vez, que en estos roles la parte más difícil y complicada la tiene aquellos que son dominantes; si… ya se que a gente extraña a este mundo pueda parecer un contrasentido, pero un sumiso o sumisa tiene una postura muy cómoda, solo debe obedecer y sentir cuando se lo mandan, y encima goza en todo momento, porque obtiene placer intrínseco con su sumisión, sea de la forma que sea.
Mientras que… quien domina no solo debe luchar a veces contra sus temores e inseguridades, si no con aquellos que pueda suponer que su sumiso; obviando un concepto fundamental, el sumiso encuentra y disfruta el placer supremo en su entrega y servicio, que lo único que desea es dejarse llevar por las sabias manos a las cuales se ha entregado sin condición.
Y ahora, relájate… y goza…
…. si deseas llevar su mente al paroxismo, su ser a un deseo irrefrenable y continuo, sus ansias de sexo a borde de la locura por el control que ejerces, su afán de servir a los límites de la servidumbre total, la adoración de tu ser a casi cotas de divinidad ….
… porque tu eres quien Manda… y yo quien obedece.
1 comentario:
Si, las dudas se tienen... Los dominantes tbn somos humanos. Desos.
Publicar un comentario